Sí, ya sabes que es importante. Lo escuchaste o leíste en todas partes. Las fórmulas para crear contenido de valor no existen, porque siempre depende del negocio. Así que voy a dar mi visión sobre lo que deberías tener en cuenta antes de crear contenido.
1° lo Primero:
Valioso para alguien, no para todo el mundo.
Si no sabés para quién y qué necesita. Difícilmente se aprecie como contenido de valor.
Una de las principales claves de la creación de valor es decidir quién es la persona de nuestro interés.
Este tema suele ser un punto complejo pero fundamental.
Complejo porque solemos pensar que lo que ofrecemos es para todo el mundo. Si vendés remeras, alimentos o coaching, supones que todo el mundo lo necesita. Y si bien todos compramos remeras, comida, o nos vendría bien un acompañamiento, no todos estamos dispuestos, hoy, a comprar.
Claramente no alcanza con “personas que usen remeras” o “busquen un coach”.
Primero hay que entender profundamente nuestro producto o servicio, su personalidad, sus diferenciales y qué problemas resuelve, para luego definir las necesidades y deseos de esas personas de nuestro interés. De esta forma es mucho más simple saber para quién sí somos, y para quién no.
El para quién, lo define la empresa, no el mercado o tu cliente.
Ejemplo.
Para una cliente inmobiliario trabajamos la Estrategia de Marca:
Definimos arquetipo para transmitir la personalidad de Marca.
Historia, en la cual encontramos sus valores.
El público de interés.
Su propósito, mensaje e identidad.
Con esto claro, encontramos el para quién.
2° La empatía por delante:
Habla en términos comunes, mutuos, deseos y problemas reales de ese cliente.
Si empatizas, vale como valor (valga la redundancia)
Si logras definir el qué y el para quién, ya tienes el 50% del trabajo hecho para este punto.
Transmitir mensajes con empatía parece algo que nos debería salir con naturalidad, pero no siempre es así.
Tampoco es necesario tener un master en psicología. Todo lo que debes hacer es escuchar a tu cliente, y para eso hay varias maneras.
1- Puedes ver que escribe en redes sociales o marketplaces sobre productos o servicios similares al tuyo.
2- Preguntarles cómo se sienten usando tu producto o servicio.
3- Dándote cuenta que estuviste en ese mismo lugar, y por esa razón creaste tu producto o servicio.
4- Buscando estadísticas y fuentes fiables.
Ejemplo.
Trabajando para una PyME de alimentos basados en plantas, encontramos que un 70% de las personas quisieran comer más sano pero no saben cómo hacerlo.
O el hecho de que alimentarnos sin afectar (tanto) al planeta, eran datos de altísimo interés que pudimos transmitir a la audiencia, aumentando así el engagement de manera orgánica.
Clic acá para ver esto aplicado.
3° ¿Para qué me sirve esto?
Si tu cliente encuentra útil lo que comunicas, entonces vas bien.
-Que pueda llevarlo a la práctica.
-Que lo ayude a resolver un punto de dolor (una duda).
-Que al implementarlo le solucione un problema.
Acá -los pasos- a seguir, por ej., son muy útiles para dar a entender el cómo poner en práctica lo que estás dando.
Si tu cliente de interés aprecia la comida gourmet.
“3 pasos para deleitar los exigentes paladares de tus amigos”
Hay formas y formas de explicar la utilidad de lo que ofrecemos.
Encuentra tus propias palabras para lograr transmitir la utilidad de tus productos o servicios.
4° Y último. Este es el punto más importante (para mí).
¿Qué quieres hacer sentir a tu audiencia? ¿Qué emoción inspiras a tu cliente? Alegría/humor, ira/enojo, sentimiento de empoderamiento, sentido de comunidad, sentido de libertad.
Elige un sentimiento que sea coherente con el objetivo de tu negocio, y tu contenido no solo será de valor, también será memorable.